Si tan sólo pudiéramos saber las razones por las que una persona ejecuta o no una compra. Si tuviéramos la capacidad saber qué ocurre en su cerebro antes de tomar esa decisión, ¿cuántas veces te planteaste esto?
El neuromarketing vino, precisamente, a llenar esas expectativas. Pero, ¿por qué? ¿De qué se trata todo esto? Lo primero que debo aclararte es que el neuromarketing es la fusión entre los conocimientos del marketing que veníamos trayendo de antaño y los modernos conceptos que aporta la neurociencia con sus investigaciones y sus conclusiones sobre cómo funciona el cerebro.
En ese sentido, podemos entender hoy cómo funciona el cerebro del comprador y también cómo funciona el cerebro del ejecutivo de marketing. Por eso, lo primero que hay que hacer es estudiar de qué manera decide una compra y de qué manera decide no comprar un cliente.
Hay que mencionar el hecho de que las decisiones de un comprador están influenciadas por el entorno, el contexto, la cultura, las estimulaciones que recibe, con lo que habitualmente el requerimiento que hace un comprador en una tienda es lo que resulta de esa influencia.
Te pongo un ejemplo
Lo primero que hay que hacer es lo que se denomina como una retroacción, ir con el propio comprador un pasito atrás para descubrir cuál es la verdadera necesidad.
Algunas aplicaciones que históricamente dieron ejemplo de cómo hacerlo fueron el primer caso de aquel Desafío Peps Allí, esta bebida desafió a la Coca-Cola para descubrir cuál es la razón de preferencia entre una y otra bebida. Cuando se hizo la prueba a ciegas fue justamente por el gusto que se prefirió Pepsi, pero cuando se identificó cuál es cuál, los consumidores prefirieron Coca-Cola.
¿Por qué? Porque en realidad se decidió con una influencia cerebral diferente. En el primer caso, había una activación de los órganos cerebrales que tienen que ver con el gusto. Mientras que en el segundo caso, una estimulación de sectores del cerebro asociados con la emoción y el recuerdo que esa marca tenía sobre el conjunto de los compradores.
Por eso hay que estudiar cómo funciona el cerebro y de qué manera se activa ante cada caso, estímulo, producto, tienda y escaparate.
También puedes leer: Las neurociencias en el neuromarketing y las organizaciones
Si tan sólo pudiéramos saber las razones por las que una persona ejecuta o no una compra. Si tuviéramos la capacidad saber qué ocurre en su cerebro antes de tomar esa decisión, ¿cuántas veces te planteaste esto?
El neuromarketing vino, precisamente, a llenar esas expectativas. Pero, ¿por qué? ¿De qué se trata todo esto? Lo primero que debo aclararte es que el neuromarketing es la fusión entre los conocimientos del marketing que veníamos trayendo de antaño y los modernos conceptos que aporta la neurociencia con sus investigaciones y sus conclusiones sobre cómo funciona el cerebro.
En ese sentido, podemos entender hoy cómo funciona el cerebro del comprador y también cómo funciona el cerebro del ejecutivo de marketing. Por eso, lo primero que hay que hacer es estudiar de qué manera decide una compra y de qué manera decide no comprar un cliente.
Hay que mencionar el hecho de que las decisiones de un comprador están influenciadas por el entorno, el contexto, la cultura, las estimulaciones que recibe, con lo que habitualmente el requerimiento que hace un comprador en una tienda es lo que resulta de esa influencia.
Te pongo un ejemplo
Lo primero que hay que hacer es lo que se denomina como una retroacción, ir con el propio comprador un pasito atrás para descubrir cuál es la verdadera necesidad.
Algunas aplicaciones que históricamente dieron ejemplo de cómo hacerlo fueron el primer caso de aquel Desafío Peps Allí, esta bebida desafió a la Coca-Cola para descubrir cuál es la razón de preferencia entre una y otra bebida. Cuando se hizo la prueba a ciegas fue justamente por el gusto que se prefirió Pepsi, pero cuando se identificó cuál es cuál, los consumidores prefirieron Coca-Cola.
¿Por qué? Porque en realidad se decidió con una influencia cerebral diferente. En el primer caso, había una activación de los órganos cerebrales que tienen que ver con el gusto. Mientras que en el segundo caso, una estimulación de sectores del cerebro asociados con la emoción y el recuerdo que esa marca tenía sobre el conjunto de los compradores.
Por eso hay que estudiar cómo funciona el cerebro y de qué manera se activa ante cada caso, estímulo, producto, tienda y escaparate.
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