La neuroplasticidad es la capacidad que tiene el cerebro para formar nuevas redes o modificar las existentes a cada instante como resultado de la interacción de un individuo con el entorno. El cerebro es producto de lo que somos, lo que hacemos y lo que sentimos.
Allí reside todo lo que una persona fue, es y puede llegar a ser, lo que ha experimentado, aprendido y memorizado, su consciencia y su metaconsciencia, sus habilidades y sus dificultades, lo que acepta y lo que rechaza, lo que ama, lo que está presente y lo que cree haber olvidado.
Todos los seres humanos vienen al mundo con esta plataforma de lanzamiento extraordinaria, pero su desarrollo dependerá de lo que cada uno perciba, experimente y procese a lo largo de su vida.
Es la base de la memoria y el aprendizaje e involucra una visión dinámica de los mecanismos cerebrales.
En el momento del nacimiento, con excepción de lo que viene inscripto en los genes, todos los cerebros están programados biológicamente para desempeñar las mismas funciones.
Las redes neuronales son escasas y pequeñas, pero con el correr del tiempo se amplían, se crean nuevas, se modifican (algunas otras, mientras tanto, quedan estáticas). Todo esto se produce debido al fenómeno conocido como neuroplasticidad.
Tal vez lo más importante es que lo que diferencia a los seres humanos de los animales es que los primeros pueden incidir, a partir de sus acciones, en el desarrollo de su cerebro.
Dicho de otra manera, en lugar de permitir que el cerebro vaya a la deriva, podemos señalar un norte, decidir el camino, autodirigirnos.
Tenemos la capacidad de incidir sobre aquello que observamos. Eso nos pone en condiciones de modificar nuestra propia realidad, a partir de la auto-observación.
El cerebro, entonces, se va modificando a lo largo de la vida como respuesta a las condiciones medioambientales, al aprendizaje y a las experiencias incorporadas.
La neuroplasticidad hace que cada cerebro sea único y diferente de los demás.
Todos desempeñan funciones similares, pero el cerebro de una actriz es distinto del de una ingeniera, el de un conservador del de un liberal, el de un ateo difiere del de un religioso, y el de un taxista tiene zonas con distinto desarrollo en contraste con el de un músico.
Si te interesa esta temática te invito a leer: Manual de Entrenamiento Cerebral
La neuroplasticidad es la capacidad que tiene el cerebro para formar nuevas redes o modificar las existentes a cada instante como resultado de la interacción de un individuo con el entorno. El cerebro es producto de lo que somos, lo que hacemos y lo que sentimos.
Allí reside todo lo que una persona fue, es y puede llegar a ser, lo que ha experimentado, aprendido y memorizado, su consciencia y su metaconsciencia, sus habilidades y sus dificultades, lo que acepta y lo que rechaza, lo que ama, lo que está presente y lo que cree haber olvidado.
Todos los seres humanos vienen al mundo con esta plataforma de lanzamiento extraordinaria, pero su desarrollo dependerá de lo que cada uno perciba, experimente y procese a lo largo de su vida.
Es la base de la memoria y el aprendizaje e involucra una visión dinámica de los mecanismos cerebrales.
En el momento del nacimiento, con excepción de lo que viene inscripto en los genes, todos los cerebros están programados biológicamente para desempeñar las mismas funciones.
Las redes neuronales son escasas y pequeñas, pero con el correr del tiempo se amplían, se crean nuevas, se modifican (algunas otras, mientras tanto, quedan estáticas). Todo esto se produce debido al fenómeno conocido como neuroplasticidad.
Tal vez lo más importante es que lo que diferencia a los seres humanos de los animales es que los primeros pueden incidir, a partir de sus acciones, en el desarrollo de su cerebro.
Dicho de otra manera, en lugar de permitir que el cerebro vaya a la deriva, podemos señalar un norte, decidir el camino, autodirigirnos.
Tenemos la capacidad de incidir sobre aquello que observamos. Eso nos pone en condiciones de modificar nuestra propia realidad, a partir de la auto-observación.
El cerebro, entonces, se va modificando a lo largo de la vida como respuesta a las condiciones medioambientales, al aprendizaje y a las experiencias incorporadas.
La neuroplasticidad hace que cada cerebro sea único y diferente de los demás.
Todos desempeñan funciones similares, pero el cerebro de una actriz es distinto del de una ingeniera, el de un conservador del de un liberal, el de un ateo difiere del de un religioso, y el de un taxista tiene zonas con distinto desarrollo en contraste con el de un músico.
Si te interesa esta temática te invito a leer: Manual de Entrenamiento Cerebral