El entrenamiento cerebral es uno de los campos más beneficiados con el avance de las neurociencias, y el desarrollo de técnicas que demuestran ser cada vez más efectivas va en aumento.
Por eso acudir el gimnasio cerebral es importante. Si bien uno de los casos más difundidos es el de las personas que se dedican al deporte, que además de entrenarse físicamente también entrenan su mente, es suficiente con acercarse a un gimnasio cerebral para observar la heterogeneidad.
Hombres, mujeres; directivos, ejecutivas; políticos, funcionarias, profesionales, estudiantes avanzados; secretarias, amas de casa y equipos completos del área de alguna empresa están inmersos en sus prácticas.
¿Por qué acudir al gimnasio cerebral?
Existen muchísimas páginas de internet con juegos online que ayudan a agilizar las funciones cerebrales y, de hecho, no deben descartarse porque todo suma: el entrenamiento cerebral efectivo es el que se hace a medida de las necesidades de cada persona. Por ejemplo, para una jugadora de hockey el desempeño depende en gran parte de las habilidades visuoespaciales que, como es sabido, están más desarrolladas en el cerebro masculino.
Ella deberá ejercitarse mucho en esas capacidades para obtener mejores resultados y deberá entrenar en el gimnasio cerebral los movimientos oculares para enfocar la atención, controlando y orientando los movimientos del cuerpo mediante la vista.
Con el tiempo, el procesamiento de la información será tan rápido que le permitirá anticiparse eficazmente a los movimientos de un rival. Este ejemplo y aunque con prácticas distintas según el caso, el gimnasio cerebral vale para todas las profesiones y actividades: no solo debemos entrenarnos cerebralmente para desempeñarnos mejor en lo que hacemos y en la vida misma.
También debemos hacerlo “a medida” porque el cerebro de todas las personas no funciona de la misma manera.
Fundamentaciones científicas
El entrenamiento cerebral se sustenta en dos fenómenos completamente naturales que pueden ser modificados por las personas: la neuroplasticidad y la neurogénesis.
Estos fenómenos aluden a la dinámica que subyace al funcionamiento del cerebro, esto es: cómo y por qué se va modificando a medida que atraviesa las diferentes etapas de la vida y, fundamentalmente, qué es lo que se puede hacer para rejuvenecerlo, potenciar su desarrollo y retrasar su envejecimiento.
La neuroplasticidad es la extraordinaria capacidad que tiene el sistema nervioso para formar nuevas redes o modificar las existentes como resultado de la interacción de una persona con el entorno. Es la base de la memoria y el aprendizaje e involucra una visión dinámica de los mecanismos cerebrales.
La neurogénesis es el proceso mediante el cual se forman las células que componen el sistema nervioso central (neuronas y células gliales). Cuando este proceso es autodirigido en la edad adulta, el cerebro rejuvenece.
A la inversa de lo que se ha creído durante mucho tiempo, la formación de neuronas nuevas continúa durante toda la vida, sólo que en un grado menor y por eso el gimnasio cerebral puede ayudarnos en distintas etapas.
Esta expansión ha sido observada en el hipocampo (una estructura crucial para el aprendizaje y la memoria), en el bulbo olfatorio y el núcleo caudado.
Algunos especialistas creen que puede producirse en otras zonas del cerebro, como la neocorteza, el estriado, la amígdala y la sustancia negra.
En síntesis, y esto es muy importante: Tanto la Neuroplasticidad como la Neurogénesis se favorecen con un entrenamiento cerebral diseñado y guiado por especialistas en etapas y prácticas claramente definidas.
Esto implica un trabajo sistemático sobre lo cognitivo y lo emocional que contemple desde el principio las características cerebrales las personas, como las ocupaciones, la edad y el estilo de vida. Llegado a este punto, y si has decidido entrenar tu cerebro porque ya tienes claras sus ventajas, te propongo que leas detenidamente la siguiente gráfica, en la que se detalla información corroborada por varios experimentos e investigaciones en neurociencias sobre el impacto de las actividades aeróbicas en la neuroplasticidad y la neurogénesis.
El sistema nervioso sigue generando nuevas neuronas y células gliales a lo largo de la vida, incluso en edades avanzadas, y este proceso puede ser incentivado de manera muy simple, como correr, caminar o bailar, además de una nutrición adecuada y un correcto equilibrio entre las horas de sueño y vigilia (la privación del sueño inhibe la neurogénesis).
A la inversa, un estilo de vida “pasivo”, sin actividad física, sin retos, sin exigencias, sin nuevos aprendizajes, es el peor enemigo que un cerebro puede tener. Por un lado, evita la generación de redes neuronales. Por el otro, favorece procesos de podas sinápticas: cuando una red no es utilizada, el sistema nervioso la elimina en forma natural.
El entrenamiento cerebral es uno de los campos más beneficiados con el avance de las neurociencias, y el desarrollo de técnicas que demuestran ser cada vez más efectivas va en aumento.
Por eso acudir el gimnasio cerebral es importante. Si bien uno de los casos más difundidos es el de las personas que se dedican al deporte, que además de entrenarse físicamente también entrenan su mente, es suficiente con acercarse a un gimnasio cerebral para observar la heterogeneidad.
Hombres, mujeres; directivos, ejecutivas; políticos, funcionarias, profesionales, estudiantes avanzados; secretarias, amas de casa y equipos completos del área de alguna empresa están inmersos en sus prácticas.
¿Por qué acudir al gimnasio cerebral?
Existen muchísimas páginas de internet con juegos online que ayudan a agilizar las funciones cerebrales y, de hecho, no deben descartarse porque todo suma: el entrenamiento cerebral efectivo es el que se hace a medida de las necesidades de cada persona. Por ejemplo, para una jugadora de hockey el desempeño depende en gran parte de las habilidades visuoespaciales que, como es sabido, están más desarrolladas en el cerebro masculino.
Ella deberá ejercitarse mucho en esas capacidades para obtener mejores resultados y deberá entrenar en el gimnasio cerebral los movimientos oculares para enfocar la atención, controlando y orientando los movimientos del cuerpo mediante la vista.
Con el tiempo, el procesamiento de la información será tan rápido que le permitirá anticiparse eficazmente a los movimientos de un rival. Este ejemplo y aunque con prácticas distintas según el caso, el gimnasio cerebral vale para todas las profesiones y actividades: no solo debemos entrenarnos cerebralmente para desempeñarnos mejor en lo que hacemos y en la vida misma.
También debemos hacerlo “a medida” porque el cerebro de todas las personas no funciona de la misma manera.
Fundamentaciones científicas
El entrenamiento cerebral se sustenta en dos fenómenos completamente naturales que pueden ser modificados por las personas: la neuroplasticidad y la neurogénesis.
Estos fenómenos aluden a la dinámica que subyace al funcionamiento del cerebro, esto es: cómo y por qué se va modificando a medida que atraviesa las diferentes etapas de la vida y, fundamentalmente, qué es lo que se puede hacer para rejuvenecerlo, potenciar su desarrollo y retrasar su envejecimiento.
La neuroplasticidad es la extraordinaria capacidad que tiene el sistema nervioso para formar nuevas redes o modificar las existentes como resultado de la interacción de una persona con el entorno. Es la base de la memoria y el aprendizaje e involucra una visión dinámica de los mecanismos cerebrales.
La neurogénesis es el proceso mediante el cual se forman las células que componen el sistema nervioso central (neuronas y células gliales). Cuando este proceso es autodirigido en la edad adulta, el cerebro rejuvenece.
A la inversa de lo que se ha creído durante mucho tiempo, la formación de neuronas nuevas continúa durante toda la vida, sólo que en un grado menor y por eso el gimnasio cerebral puede ayudarnos en distintas etapas.
Esta expansión ha sido observada en el hipocampo (una estructura crucial para el aprendizaje y la memoria), en el bulbo olfatorio y el núcleo caudado.
Algunos especialistas creen que puede producirse en otras zonas del cerebro, como la neocorteza, el estriado, la amígdala y la sustancia negra.
En síntesis, y esto es muy importante: Tanto la Neuroplasticidad como la Neurogénesis se favorecen con un entrenamiento cerebral diseñado y guiado por especialistas en etapas y prácticas claramente definidas.
Esto implica un trabajo sistemático sobre lo cognitivo y lo emocional que contemple desde el principio las características cerebrales las personas, como las ocupaciones, la edad y el estilo de vida. Llegado a este punto, y si has decidido entrenar tu cerebro porque ya tienes claras sus ventajas, te propongo que leas detenidamente la siguiente gráfica, en la que se detalla información corroborada por varios experimentos e investigaciones en neurociencias sobre el impacto de las actividades aeróbicas en la neuroplasticidad y la neurogénesis.
El sistema nervioso sigue generando nuevas neuronas y células gliales a lo largo de la vida, incluso en edades avanzadas, y este proceso puede ser incentivado de manera muy simple, como correr, caminar o bailar, además de una nutrición adecuada y un correcto equilibrio entre las horas de sueño y vigilia (la privación del sueño inhibe la neurogénesis).
A la inversa, un estilo de vida “pasivo”, sin actividad física, sin retos, sin exigencias, sin nuevos aprendizajes, es el peor enemigo que un cerebro puede tener. Por un lado, evita la generación de redes neuronales. Por el otro, favorece procesos de podas sinápticas: cuando una red no es utilizada, el sistema nervioso la elimina en forma natural.