
Aprende cómo despertar la potente maquinaria de tu creatividad

Aprende cómo despertar la potente maquinaria de tu creatividad
Ser creativo no es un tema que sólo le pertenece a algunas personas, la creatividad es un potente don que todos los seres humanos ya tenemos. Desarrollarlo es nuestro trabajo. Podrías sorprenderte de todo aquello que puedes lograr si te entrenas para despertar tu genialidad.
Los avances de las neurociencias son nuestros mejores aliados. La comprensión de los circuitos cerebrales que intervienen en la producción creativa y los que se le interponen, son fundamentales para ayudarnos a desarrollar nuestras capacidades.
Los programas de capacitación diseñados para el desarrollo de la creatividad mejoran otras funciones cerebrales como las vinculadas con la toma de decisiones, pues contribuyen a solucionar problemas, a elegir más rápido y mejor entre varias alternativas, además de potenciar el desarrollo de la imaginación.
Dado que la inteligencia creativa encuentra su mejor caldo de cultivo cuando se desarrolla a partir del pensamiento relajado, desenfocado, de tipo contemplativo, es muy importante que se estimule. Este proceso tiene su correlato en la capacidad del cerebro para que una activación neuronal se extienda y configure una red de relaciones a un nivel de intensidad que produce pensamientos conscientemente difusos.
Fundamentos
Algunos experimentos científicos demuestran que la creatividad está asociada con un estado neuronal de poca definición. Uno de ellos es el de Colin Martindale, quien realizó el seguimiento de la excitación cortical mediante un electroencefalograma que le permitía registrar el tipo de actividad en el cerebro de los participantes.
Un aspecto del experimento consistió en llevar un registro de los datos de activación cerebral de personas que participaban en dos tipos de tests: uno de inteligencia (diseñado para que aplicaran el pensamiento analítico) y otro de creatividad (diseñado para que utilizaran la imaginación).
Los participantes fueron divididos en dos grupos, uno de ellos estaba integrado por personas que generalmente se mostraban creativas y el otro por individuos que no mostraban esta característica. Se observó un aumento cortical igual en los dos grupos cuando llevaban a cabo el test de inteligencia, tomando como referencia un perfil relajado.
Cuando trabajaban en el test de creatividad, el electroencefalograma de los no creativos era el mismo que en el test denominado “de inteligencia”, sin embargo, el nivel de excitación de las personas creativas era inferior, incluso, que la puntuación de su perfil relajado.
En un estudio posterior, Martindale dividió la tarea creativa en dos etapas. En la primera, que denominó de inspiración y se basaría en la intuición, los participantes debían inventar una historia. En la segunda, que requería un trabajo más consciente para elaborar y organizar coherentemente los argumentos, debían escribirla.
Los sujetos que habían sido incluidos en el grupo de los no creativos mostraron el mismo nivel (alto) de excitación en ambas etapas, mientras que los creativos mostraron una excitación baja durante la etapa de intuición y alta durante la de elaboración. Estos resultados, sumados a los de otros experimentos científicos que hemos consultado, demuestran lo siguiente:
Las etapas que atraviesa el proceso creativo tienen su correlato en el funcionamiento fisiológico del cerebro.
Durante la etapa inicial (fase de preparación), se utiliza el pensamiento consciente al reunir información a través de la atención focalizada. Aquí el cerebro actúa como si los grupos neuronales estuvieran bien definidos. Si el problema es sencillo de resolver, esta configuración neuronal puede ser suficiente para hallar rápidamente la solución. Si no lo es, la mente ingresa en un camino más intrincado.
Como el pensamiento analítico, consciente, no tiene capacidad para extenderse con gran amplitud y profundidad, esta tarea es realizada por el metaconsciente que, al activar diversas asociaciones neuronales, interviene eficazmente en la búsqueda de las soluciones creativas. Precisamente, en la fase de incubación, el pensamiento se relaja y eso permite que diferentes redes neuronales se disparen a la vez.
Es por esta razón que cuando dejamos de buscar una solución y ponemos la mente en otra parte, el problema se ubica en algún lugar del cerebro para que este continúe trabajando hasta que la respuesta aparezca cuando menos lo esperamos.
A su vez, durante la etapa de incubación, el cerebro se toma su tiempo para que los conceptos erróneos sean reemplazados por otros, es decir, para que un problema pueda ser conceptualizado y resuelto desde otro punto de vista.
Claxton explica con mucha claridad cómo se produce este proceso: “Imaginemos que la actividad en la red neuronal fluye por un canal y llega a un punto de decisión, un cruce de caminos. ¿Por dónde debe seguir? Bajo circunstancias normales, puede admitirse que toda actividad debe seguir la ruta mejor establecida. Si uno de los ramales del cruce está más profundamente marcado y/o está más alimentado que el otro, entonces ese será el preferido”.
El gráfico muestra cómo un cambio en el punto de entrada puede solucionar un problema para el que previamente no se hallaban ideas.
La activación sigue el trazo más grueso en cada cruce.
Si el punto de partida del pensamiento sobre un problema concreto se encuentra en el punto “A”, y la solución puede hallarse en el punto “!”, al seguir el grosor de las líneas se observa que la naturaleza de este tramo de red es tal que es imposible ir desde “A” hacia “!”, ya que daríamos vueltas en torno al mismo círculo.
En cambio, si un grupo neuronal activa un enlace entre redes desconectadas, es posible que esta activación sea suficiente para hacer que la solución llegue repentinamente a la conciencia.
Cuando abandonamos el pensamiento consciente (dejamos de concentrarnos deliberadamente en un problema) permitimos que nuestro meta consciente recorra todas las asociaciones.
Podemos descubrir que hemos dejado de pensar en “A” y que estamos pensando en “B”. Así es como la solución, que en un primer momento no encontrábamos, aparece de repente. Este es el instante de iluminación.
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Aprende cómo despertar la potente maquinaria de tu creatividad
Ser creativo no es un tema que sólo le pertenece a algunas personas, la creatividad es un potente don que todos los seres humanos ya tenemos. Desarrollarlo es nuestro trabajo. Podrías sorprenderte de todo aquello que puedes lograr si te entrenas para despertar tu genialidad.
Los avances de las neurociencias son nuestros mejores aliados. La comprensión de los circuitos cerebrales que intervienen en la producción creativa y los que se le interponen, son fundamentales para ayudarnos a desarrollar nuestras capacidades.
Los programas de capacitación diseñados para el desarrollo de la creatividad mejoran otras funciones cerebrales como las vinculadas con la toma de decisiones, pues contribuyen a solucionar problemas, a elegir más rápido y mejor entre varias alternativas, además de potenciar el desarrollo de la imaginación.
Dado que la inteligencia creativa encuentra su mejor caldo de cultivo cuando se desarrolla a partir del pensamiento relajado, desenfocado, de tipo contemplativo, es muy importante que se estimule. Este proceso tiene su correlato en la capacidad del cerebro para que una activación neuronal se extienda y configure una red de relaciones a un nivel de intensidad que produce pensamientos conscientemente difusos.
Fundamentos
Algunos experimentos científicos demuestran que la creatividad está asociada con un estado neuronal de poca definición. Uno de ellos es el de Colin Martindale, quien realizó el seguimiento de la excitación cortical mediante un electroencefalograma que le permitía registrar el tipo de actividad en el cerebro de los participantes.
Un aspecto del experimento consistió en llevar un registro de los datos de activación cerebral de personas que participaban en dos tipos de tests: uno de inteligencia (diseñado para que aplicaran el pensamiento analítico) y otro de creatividad (diseñado para que utilizaran la imaginación).
Los participantes fueron divididos en dos grupos, uno de ellos estaba integrado por personas que generalmente se mostraban creativas y el otro por individuos que no mostraban esta característica. Se observó un aumento cortical igual en los dos grupos cuando llevaban a cabo el test de inteligencia, tomando como referencia un perfil relajado.
Cuando trabajaban en el test de creatividad, el electroencefalograma de los no creativos era el mismo que en el test denominado “de inteligencia”, sin embargo, el nivel de excitación de las personas creativas era inferior, incluso, que la puntuación de su perfil relajado.
En un estudio posterior, Martindale dividió la tarea creativa en dos etapas. En la primera, que denominó de inspiración y se basaría en la intuición, los participantes debían inventar una historia. En la segunda, que requería un trabajo más consciente para elaborar y organizar coherentemente los argumentos, debían escribirla.
Los sujetos que habían sido incluidos en el grupo de los no creativos mostraron el mismo nivel (alto) de excitación en ambas etapas, mientras que los creativos mostraron una excitación baja durante la etapa de intuición y alta durante la de elaboración. Estos resultados, sumados a los de otros experimentos científicos que hemos consultado, demuestran lo siguiente:
Las etapas que atraviesa el proceso creativo tienen su correlato en el funcionamiento fisiológico del cerebro.
Durante la etapa inicial (fase de preparación), se utiliza el pensamiento consciente al reunir información a través de la atención focalizada. Aquí el cerebro actúa como si los grupos neuronales estuvieran bien definidos. Si el problema es sencillo de resolver, esta configuración neuronal puede ser suficiente para hallar rápidamente la solución. Si no lo es, la mente ingresa en un camino más intrincado.
Como el pensamiento analítico, consciente, no tiene capacidad para extenderse con gran amplitud y profundidad, esta tarea es realizada por el metaconsciente que, al activar diversas asociaciones neuronales, interviene eficazmente en la búsqueda de las soluciones creativas. Precisamente, en la fase de incubación, el pensamiento se relaja y eso permite que diferentes redes neuronales se disparen a la vez.
Es por esta razón que cuando dejamos de buscar una solución y ponemos la mente en otra parte, el problema se ubica en algún lugar del cerebro para que este continúe trabajando hasta que la respuesta aparezca cuando menos lo esperamos.
A su vez, durante la etapa de incubación, el cerebro se toma su tiempo para que los conceptos erróneos sean reemplazados por otros, es decir, para que un problema pueda ser conceptualizado y resuelto desde otro punto de vista.
Claxton explica con mucha claridad cómo se produce este proceso: “Imaginemos que la actividad en la red neuronal fluye por un canal y llega a un punto de decisión, un cruce de caminos. ¿Por dónde debe seguir? Bajo circunstancias normales, puede admitirse que toda actividad debe seguir la ruta mejor establecida. Si uno de los ramales del cruce está más profundamente marcado y/o está más alimentado que el otro, entonces ese será el preferido”.
El gráfico muestra cómo un cambio en el punto de entrada puede solucionar un problema para el que previamente no se hallaban ideas.
La activación sigue el trazo más grueso en cada cruce.
Si el punto de partida del pensamiento sobre un problema concreto se encuentra en el punto “A”, y la solución puede hallarse en el punto “!”, al seguir el grosor de las líneas se observa que la naturaleza de este tramo de red es tal que es imposible ir desde “A” hacia “!”, ya que daríamos vueltas en torno al mismo círculo.
En cambio, si un grupo neuronal activa un enlace entre redes desconectadas, es posible que esta activación sea suficiente para hacer que la solución llegue repentinamente a la conciencia.
Cuando abandonamos el pensamiento consciente (dejamos de concentrarnos deliberadamente en un problema) permitimos que nuestro meta consciente recorra todas las asociaciones.
Podemos descubrir que hemos dejado de pensar en “A” y que estamos pensando en “B”. Así es como la solución, que en un primer momento no encontrábamos, aparece de repente. Este es el instante de iluminación.
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La neurociencia convalida la eficacia de la visualización creativa

La neurociencia convalida la eficacia de la visualización creativa
El poder del pensamiento en el desempeño de las funciones cerebrales ha sido verificado por numerosas investigaciones en neurociencia. Ya no hay dudas sobre la relación que existe entre la forma de pensar de una persona y los éxitos o fracasos que obtendrá en su vida.
Si un joven comprometido con el estudio de medicina que destine media hora diaria a visualizarse como un médico famoso a los 40 es altamente probable que lo logre. A la inversa, si piensa y actúa en forma pesimista, es posible que pase a ser un médico del montón, aún y cuando tenga condiciones para destacarse.
Eeto se debe, en gran parte, a que las imágenes mentales más fuertes se arraigan en el metaconsciente. Si los pensamientos son negativos, irán configurando neurocircuitos que inevitablemente conducirán a resultados negativos.
El mundo está allí y, en condiciones culturales y socioeconómicas similares, lo que cambia es la visión que cada persona tiene sobre la realidad. Los pensamientos actúan como imanes que atraen lo que es compatible con ellos y, consecuentemente, los estados asociados.
Esto quiere decir que tanto los logros como la calidad de vida tienen que ver con la información que predomine en la mente, ya que el cerebro no distingue entre lo real y lo que se construye individualmente.
La doctora Candence Pert, una especialista de la Universidad de Medicina de Georgetown, alertó varias veces sobre este tema luego de demostrar científicamente lo siguiente:
“La persistencia de un pensamiento negativo puede desencadenar una serie de procesos bioquímicos con resultados fisiológicos nocivos, tanto para el cerebro como para el resto del organismo”, afirmó la especialista.
En sus términos: “hay sustancias químicas para el enojo y para la tristeza, para la victimización, para cada estado emocional. Son las endorfinas, la serotonina, la dopamina, la norepinefrina… Y cada vez que activamos cierta interpretación o pensamiento, nuestro hipotálamo inmediatamente libera ese péptido en la corriente sanguínea”.
Estos avances de la neurociencia son de enorme aplicación, ya que ahora se tiene la certeza de que mediante un trabajo sistemático el pensamiento negativo puede desprogramarse, ya que todos los seres humanos tienen la potestad para armar y desarmar sus redes neuronales cambiando la manera de pensar. Estrategias para automonitorearlo
En mi libro Cómo funciona tu cerebro hallarás varias técnicas que te ayudarán a automonitorear tus pensamientos en forma positiva. En este apartado me concentraré en la visualización creativa que, si bien se utiliza desde hace años, ha sido convalidada recientemente por la neurociencia.
Precisamente, uno de sus descubrimientos tiene que ver con el poder de las imágenes que el cerebro crea a partir de la información que le suministran las percepciones y los pensamientos.
Comprender esto es fácil realizando un ejercicio sencillo. Si te propongo que pienses en un reloj, no verás mentalmente la palabra reloj sino una imagen sobre éste o relacionado con éste. Lo mismo sucederá si pruebas con otras expresiones que leas, por ejemplo, coche, frutillas, tren.
Justamente, una de las razones por las cuales la visualización creativa es efectiva se debe al siguiente hecho que ha sido comprobado por la neurociencia: La visualización creativa es una de las técnicas más efectivas para educar el pensamiento.
Consiste en focalizar la atención en imágenes mentales relacionadas con las metas visualizando dicho alcance como si fuera real, luego de un proceso autodirigido de relajación.
Es fundamental evocar las metas con las emociones asociadas y con inputs procedentes de todos los sentidos (aromas, sabores, gustos, etc., durante cada ejercicio). El cerebro interpretará dichas metas como reales, condicionando el pensamiento y las acciones hacia su concreción. Te invito a incorporarla. En el corto plazo, notarás sus extraordinarios resultados.
¿Existen errores en el Neuromanagement?
Hay que comenzar diciendo que el Neuromanagement nace de la fusión de los conocimientos de las neurociencias; los estudios profundos del cerebro humano vivo, con los conocimientos del management, es decir de la gestión y conducción de empresas y capital humano. Creo que los errores tienen su origen en la aplicación incorrecta del conocimiento.
Por su puesto tenemos que conocer cómo funciona el cerebro, pero ciertamente la aplicación es para lograr que el otro también se beneficie, para compartir, sinergizar con el otro, para lograr una interrelación incluso emocional, allí lograrás cumplir la máxima más importante de los beneficios del Neuromanagement, lograr que tu equipo quiera hacer las cosas y no que se vea obligado por tu orden a hacerlo.
Sin duda es una transformación del viejo Management, en el moderno Neuromanagement. Entonces aprovecha cada herramienta que te da el Neuromanagement para potenciar las capacidades que tienen tus liderados y de esta manera obtener resultados que anteriormente eran difíciles de alcanzar.
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La neurociencia convalida la eficacia de la visualización creativa
El poder del pensamiento en el desempeño de las funciones cerebrales ha sido verificado por numerosas investigaciones en neurociencia. Ya no hay dudas sobre la relación que existe entre la forma de pensar de una persona y los éxitos o fracasos que obtendrá en su vida.
Si un joven comprometido con el estudio de medicina que destine media hora diaria a visualizarse como un médico famoso a los 40 es altamente probable que lo logre. A la inversa, si piensa y actúa en forma pesimista, es posible que pase a ser un médico del montón, aún y cuando tenga condiciones para destacarse.
Eeto se debe, en gran parte, a que las imágenes mentales más fuertes se arraigan en el metaconsciente. Si los pensamientos son negativos, irán configurando neurocircuitos que inevitablemente conducirán a resultados negativos.
El mundo está allí y, en condiciones culturales y socioeconómicas similares, lo que cambia es la visión que cada persona tiene sobre la realidad. Los pensamientos actúan como imanes que atraen lo que es compatible con ellos y, consecuentemente, los estados asociados.
Esto quiere decir que tanto los logros como la calidad de vida tienen que ver con la información que predomine en la mente, ya que el cerebro no distingue entre lo real y lo que se construye individualmente.
La doctora Candence Pert, una especialista de la Universidad de Medicina de Georgetown, alertó varias veces sobre este tema luego de demostrar científicamente lo siguiente:
“La persistencia de un pensamiento negativo puede desencadenar una serie de procesos bioquímicos con resultados fisiológicos nocivos, tanto para el cerebro como para el resto del organismo”, afirmó la especialista.
En sus términos: “hay sustancias químicas para el enojo y para la tristeza, para la victimización, para cada estado emocional. Son las endorfinas, la serotonina, la dopamina, la norepinefrina… Y cada vez que activamos cierta interpretación o pensamiento, nuestro hipotálamo inmediatamente libera ese péptido en la corriente sanguínea”.
Estos avances de la neurociencia son de enorme aplicación, ya que ahora se tiene la certeza de que mediante un trabajo sistemático el pensamiento negativo puede desprogramarse, ya que todos los seres humanos tienen la potestad para armar y desarmar sus redes neuronales cambiando la manera de pensar. Estrategias para automonitorearlo
En mi libro Cómo funciona tu cerebro hallarás varias técnicas que te ayudarán a automonitorear tus pensamientos en forma positiva. En este apartado me concentraré en la visualización creativa que, si bien se utiliza desde hace años, ha sido convalidada recientemente por la neurociencia.
Precisamente, uno de sus descubrimientos tiene que ver con el poder de las imágenes que el cerebro crea a partir de la información que le suministran las percepciones y los pensamientos.
Comprender esto es fácil realizando un ejercicio sencillo. Si te propongo que pienses en un reloj, no verás mentalmente la palabra reloj sino una imagen sobre éste o relacionado con éste. Lo mismo sucederá si pruebas con otras expresiones que leas, por ejemplo, coche, frutillas, tren.
Justamente, una de las razones por las cuales la visualización creativa es efectiva se debe al siguiente hecho que ha sido comprobado por la neurociencia: La visualización creativa es una de las técnicas más efectivas para educar el pensamiento.
Consiste en focalizar la atención en imágenes mentales relacionadas con las metas visualizando dicho alcance como si fuera real, luego de un proceso autodirigido de relajación.
Es fundamental evocar las metas con las emociones asociadas y con inputs procedentes de todos los sentidos (aromas, sabores, gustos, etc., durante cada ejercicio). El cerebro interpretará dichas metas como reales, condicionando el pensamiento y las acciones hacia su concreción. Te invito a incorporarla. En el corto plazo, notarás sus extraordinarios resultados.
¿Existen errores en el Neuromanagement?
Hay que comenzar diciendo que el Neuromanagement nace de la fusión de los conocimientos de las neurociencias; los estudios profundos del cerebro humano vivo, con los conocimientos del management, es decir de la gestión y conducción de empresas y capital humano. Creo que los errores tienen su origen en la aplicación incorrecta del conocimiento.
Por su puesto tenemos que conocer cómo funciona el cerebro, pero ciertamente la aplicación es para lograr que el otro también se beneficie, para compartir, sinergizar con el otro, para lograr una interrelación incluso emocional, allí lograrás cumplir la máxima más importante de los beneficios del Neuromanagement, lograr que tu equipo quiera hacer las cosas y no que se vea obligado por tu orden a hacerlo.
Sin duda es una transformación del viejo Management, en el moderno Neuromanagement. Entonces aprovecha cada herramienta que te da el Neuromanagement para potenciar las capacidades que tienen tus liderados y de esta manera obtener resultados que anteriormente eran difíciles de alcanzar.
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Neuroplasticidad: la clave para dirigir la evolución de tu cerebro

Neuroplasticidad: la clave para dirigir la evolución de tu cerebro
La neuroplasticidad es la capacidad que tiene el cerebro para formar nuevas redes o modificar las existentes a cada instante como resultado de la interacción de un individuo con el entorno. El cerebro es producto de lo que somos, lo que hacemos y lo que sentimos.
Allí reside todo lo que una persona fue, es y puede llegar a ser, lo que ha experimentado, aprendido y memorizado, su consciencia y su metaconsciencia, sus habilidades y sus dificultades, lo que acepta y lo que rechaza, lo que ama, lo que está presente y lo que cree haber olvidado.
Todos los seres humanos vienen al mundo con esta plataforma de lanzamiento extraordinaria, pero su desarrollo dependerá de lo que cada uno perciba, experimente y procese a lo largo de su vida.
Es la base de la memoria y el aprendizaje e involucra una visión dinámica de los mecanismos cerebrales.
En el momento del nacimiento, con excepción de lo que viene inscripto en los genes, todos los cerebros están programados biológicamente para desempeñar las mismas funciones.
Las redes neuronales son escasas y pequeñas, pero con el correr del tiempo se amplían, se crean nuevas, se modifican (algunas otras, mientras tanto, quedan estáticas). Todo esto se produce debido al fenómeno conocido como neuroplasticidad.
Tal vez lo más importante es que lo que diferencia a los seres humanos de los animales es que los primeros pueden incidir, a partir de sus acciones, en el desarrollo de su cerebro.
Dicho de otra manera, en lugar de permitir que el cerebro vaya a la deriva, podemos señalar un norte, decidir el camino, autodirigirnos.
Tenemos la capacidad de incidir sobre aquello que observamos. Eso nos pone en condiciones de modificar nuestra propia realidad, a partir de la auto-observación.
El cerebro, entonces, se va modificando a lo largo de la vida como respuesta a las condiciones medioambientales, al aprendizaje y a las experiencias incorporadas.
La neuroplasticidad hace que cada cerebro sea único y diferente de los demás.
Todos desempeñan funciones similares, pero el cerebro de una actriz es distinto del de una ingeniera, el de un conservador del de un liberal, el de un ateo difiere del de un religioso, y el de un taxista tiene zonas con distinto desarrollo en contraste con el de un músico.
Si te interesa esta temática te invito a leer: Manual de Entrenamiento Cerebral
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Neuroplasticidad: la clave para dirigir la evolución de tu cerebro
La neuroplasticidad es la capacidad que tiene el cerebro para formar nuevas redes o modificar las existentes a cada instante como resultado de la interacción de un individuo con el entorno. El cerebro es producto de lo que somos, lo que hacemos y lo que sentimos.
Allí reside todo lo que una persona fue, es y puede llegar a ser, lo que ha experimentado, aprendido y memorizado, su consciencia y su metaconsciencia, sus habilidades y sus dificultades, lo que acepta y lo que rechaza, lo que ama, lo que está presente y lo que cree haber olvidado.
Todos los seres humanos vienen al mundo con esta plataforma de lanzamiento extraordinaria, pero su desarrollo dependerá de lo que cada uno perciba, experimente y procese a lo largo de su vida.
Es la base de la memoria y el aprendizaje e involucra una visión dinámica de los mecanismos cerebrales.
En el momento del nacimiento, con excepción de lo que viene inscripto en los genes, todos los cerebros están programados biológicamente para desempeñar las mismas funciones.
Las redes neuronales son escasas y pequeñas, pero con el correr del tiempo se amplían, se crean nuevas, se modifican (algunas otras, mientras tanto, quedan estáticas). Todo esto se produce debido al fenómeno conocido como neuroplasticidad.
Tal vez lo más importante es que lo que diferencia a los seres humanos de los animales es que los primeros pueden incidir, a partir de sus acciones, en el desarrollo de su cerebro.
Dicho de otra manera, en lugar de permitir que el cerebro vaya a la deriva, podemos señalar un norte, decidir el camino, autodirigirnos.
Tenemos la capacidad de incidir sobre aquello que observamos. Eso nos pone en condiciones de modificar nuestra propia realidad, a partir de la auto-observación.
El cerebro, entonces, se va modificando a lo largo de la vida como respuesta a las condiciones medioambientales, al aprendizaje y a las experiencias incorporadas.
La neuroplasticidad hace que cada cerebro sea único y diferente de los demás.
Todos desempeñan funciones similares, pero el cerebro de una actriz es distinto del de una ingeniera, el de un conservador del de un liberal, el de un ateo difiere del de un religioso, y el de un taxista tiene zonas con distinto desarrollo en contraste con el de un músico.
Si te interesa esta temática te invito a leer: Manual de Entrenamiento Cerebral
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¿Qué es el Neuromarketing?

¿Qué es el Neuromarketing?
Si tan sólo pudiéramos saber las razones por las que una persona ejecuta o no una compra. Si tuviéramos la capacidad saber qué ocurre en su cerebro antes de tomar esa decisión, ¿cuántas veces te planteaste esto?
El neuromarketing vino, precisamente, a llenar esas expectativas. Pero, ¿por qué? ¿De qué se trata todo esto? Lo primero que debo aclararte es que el neuromarketing es la fusión entre los conocimientos del marketing que veníamos trayendo de antaño y los modernos conceptos que aporta la neurociencia con sus investigaciones y sus conclusiones sobre cómo funciona el cerebro.
En ese sentido, podemos entender hoy cómo funciona el cerebro del comprador y también cómo funciona el cerebro del ejecutivo de marketing. Por eso, lo primero que hay que hacer es estudiar de qué manera decide una compra y de qué manera decide no comprar un cliente.
Hay que mencionar el hecho de que las decisiones de un comprador están influenciadas por el entorno, el contexto, la cultura, las estimulaciones que recibe, con lo que habitualmente el requerimiento que hace un comprador en una tienda es lo que resulta de esa influencia.
Te pongo un ejemplo
Lo primero que hay que hacer es lo que se denomina como una retroacción, ir con el propio comprador un pasito atrás para descubrir cuál es la verdadera necesidad.
Algunas aplicaciones que históricamente dieron ejemplo de cómo hacerlo fueron el primer caso de aquel Desafío Peps Allí, esta bebida desafió a la Coca-Cola para descubrir cuál es la razón de preferencia entre una y otra bebida. Cuando se hizo la prueba a ciegas fue justamente por el gusto que se prefirió Pepsi, pero cuando se identificó cuál es cuál, los consumidores prefirieron Coca-Cola.
¿Por qué? Porque en realidad se decidió con una influencia cerebral diferente. En el primer caso, había una activación de los órganos cerebrales que tienen que ver con el gusto. Mientras que en el segundo caso, una estimulación de sectores del cerebro asociados con la emoción y el recuerdo que esa marca tenía sobre el conjunto de los compradores.
Por eso hay que estudiar cómo funciona el cerebro y de qué manera se activa ante cada caso, estímulo, producto, tienda y escaparate.
También puedes leer: Las neurociencias en el neuromarketing y las organizaciones
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¿Qué es el Neuromarketing?
Si tan sólo pudiéramos saber las razones por las que una persona ejecuta o no una compra. Si tuviéramos la capacidad saber qué ocurre en su cerebro antes de tomar esa decisión, ¿cuántas veces te planteaste esto?
El neuromarketing vino, precisamente, a llenar esas expectativas. Pero, ¿por qué? ¿De qué se trata todo esto? Lo primero que debo aclararte es que el neuromarketing es la fusión entre los conocimientos del marketing que veníamos trayendo de antaño y los modernos conceptos que aporta la neurociencia con sus investigaciones y sus conclusiones sobre cómo funciona el cerebro.
En ese sentido, podemos entender hoy cómo funciona el cerebro del comprador y también cómo funciona el cerebro del ejecutivo de marketing. Por eso, lo primero que hay que hacer es estudiar de qué manera decide una compra y de qué manera decide no comprar un cliente.
Hay que mencionar el hecho de que las decisiones de un comprador están influenciadas por el entorno, el contexto, la cultura, las estimulaciones que recibe, con lo que habitualmente el requerimiento que hace un comprador en una tienda es lo que resulta de esa influencia.
Te pongo un ejemplo
Lo primero que hay que hacer es lo que se denomina como una retroacción, ir con el propio comprador un pasito atrás para descubrir cuál es la verdadera necesidad.
Algunas aplicaciones que históricamente dieron ejemplo de cómo hacerlo fueron el primer caso de aquel Desafío Peps Allí, esta bebida desafió a la Coca-Cola para descubrir cuál es la razón de preferencia entre una y otra bebida. Cuando se hizo la prueba a ciegas fue justamente por el gusto que se prefirió Pepsi, pero cuando se identificó cuál es cuál, los consumidores prefirieron Coca-Cola.
¿Por qué? Porque en realidad se decidió con una influencia cerebral diferente. En el primer caso, había una activación de los órganos cerebrales que tienen que ver con el gusto. Mientras que en el segundo caso, una estimulación de sectores del cerebro asociados con la emoción y el recuerdo que esa marca tenía sobre el conjunto de los compradores.
Por eso hay que estudiar cómo funciona el cerebro y de qué manera se activa ante cada caso, estímulo, producto, tienda y escaparate.
También puedes leer: Las neurociencias en el neuromarketing y las organizaciones
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¿Por qué debemos ir al gimnasio cerebral?

¿Por qué debemos ir al gimnasio cerebral?
El entrenamiento cerebral es uno de los campos más beneficiados con el avance de las neurociencias, y el desarrollo de técnicas que demuestran ser cada vez más efectivas va en aumento.
Por eso acudir el gimnasio cerebral es importante. Si bien uno de los casos más difundidos es el de las personas que se dedican al deporte, que además de entrenarse físicamente también entrenan su mente, es suficiente con acercarse a un gimnasio cerebral para observar la heterogeneidad.
Hombres, mujeres; directivos, ejecutivas; políticos, funcionarias, profesionales, estudiantes avanzados; secretarias, amas de casa y equipos completos del área de alguna empresa están inmersos en sus prácticas.
¿Por qué acudir al gimnasio cerebral?
Existen muchísimas páginas de internet con juegos online que ayudan a agilizar las funciones cerebrales y, de hecho, no deben descartarse porque todo suma: el entrenamiento cerebral efectivo es el que se hace a medida de las necesidades de cada persona. Por ejemplo, para una jugadora de hockey el desempeño depende en gran parte de las habilidades visuoespaciales que, como es sabido, están más desarrolladas en el cerebro masculino.
Ella deberá ejercitarse mucho en esas capacidades para obtener mejores resultados y deberá entrenar en el gimnasio cerebral los movimientos oculares para enfocar la atención, controlando y orientando los movimientos del cuerpo mediante la vista.
Con el tiempo, el procesamiento de la información será tan rápido que le permitirá anticiparse eficazmente a los movimientos de un rival. Este ejemplo y aunque con prácticas distintas según el caso, el gimnasio cerebral vale para todas las profesiones y actividades: no solo debemos entrenarnos cerebralmente para desempeñarnos mejor en lo que hacemos y en la vida misma.
También debemos hacerlo “a medida” porque el cerebro de todas las personas no funciona de la misma manera.
Fundamentaciones científicas
El entrenamiento cerebral se sustenta en dos fenómenos completamente naturales que pueden ser modificados por las personas: la neuroplasticidad y la neurogénesis.
Estos fenómenos aluden a la dinámica que subyace al funcionamiento del cerebro, esto es: cómo y por qué se va modificando a medida que atraviesa las diferentes etapas de la vida y, fundamentalmente, qué es lo que se puede hacer para rejuvenecerlo, potenciar su desarrollo y retrasar su envejecimiento.
La neuroplasticidad es la extraordinaria capacidad que tiene el sistema nervioso para formar nuevas redes o modificar las existentes como resultado de la interacción de una persona con el entorno. Es la base de la memoria y el aprendizaje e involucra una visión dinámica de los mecanismos cerebrales.
La neurogénesis es el proceso mediante el cual se forman las células que componen el sistema nervioso central (neuronas y células gliales). Cuando este proceso es autodirigido en la edad adulta, el cerebro rejuvenece.
A la inversa de lo que se ha creído durante mucho tiempo, la formación de neuronas nuevas continúa durante toda la vida, sólo que en un grado menor y por eso el gimnasio cerebral puede ayudarnos en distintas etapas.
Esta expansión ha sido observada en el hipocampo (una estructura crucial para el aprendizaje y la memoria), en el bulbo olfatorio y el núcleo caudado.
Algunos especialistas creen que puede producirse en otras zonas del cerebro, como la neocorteza, el estriado, la amígdala y la sustancia negra.
En síntesis, y esto es muy importante: Tanto la Neuroplasticidad como la Neurogénesis se favorecen con un entrenamiento cerebral diseñado y guiado por especialistas en etapas y prácticas claramente definidas.
Esto implica un trabajo sistemático sobre lo cognitivo y lo emocional que contemple desde el principio las características cerebrales las personas, como las ocupaciones, la edad y el estilo de vida. Llegado a este punto, y si has decidido entrenar tu cerebro porque ya tienes claras sus ventajas, te propongo que leas detenidamente la siguiente gráfica, en la que se detalla información corroborada por varios experimentos e investigaciones en neurociencias sobre el impacto de las actividades aeróbicas en la neuroplasticidad y la neurogénesis.
El sistema nervioso sigue generando nuevas neuronas y células gliales a lo largo de la vida, incluso en edades avanzadas, y este proceso puede ser incentivado de manera muy simple, como correr, caminar o bailar, además de una nutrición adecuada y un correcto equilibrio entre las horas de sueño y vigilia (la privación del sueño inhibe la neurogénesis).
A la inversa, un estilo de vida “pasivo”, sin actividad física, sin retos, sin exigencias, sin nuevos aprendizajes, es el peor enemigo que un cerebro puede tener. Por un lado, evita la generación de redes neuronales. Por el otro, favorece procesos de podas sinápticas: cuando una red no es utilizada, el sistema nervioso la elimina en forma natural.
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¿Por qué debemos ir al gimnasio cerebral?
El entrenamiento cerebral es uno de los campos más beneficiados con el avance de las neurociencias, y el desarrollo de técnicas que demuestran ser cada vez más efectivas va en aumento.
Por eso acudir el gimnasio cerebral es importante. Si bien uno de los casos más difundidos es el de las personas que se dedican al deporte, que además de entrenarse físicamente también entrenan su mente, es suficiente con acercarse a un gimnasio cerebral para observar la heterogeneidad.
Hombres, mujeres; directivos, ejecutivas; políticos, funcionarias, profesionales, estudiantes avanzados; secretarias, amas de casa y equipos completos del área de alguna empresa están inmersos en sus prácticas.
¿Por qué acudir al gimnasio cerebral?
Existen muchísimas páginas de internet con juegos online que ayudan a agilizar las funciones cerebrales y, de hecho, no deben descartarse porque todo suma: el entrenamiento cerebral efectivo es el que se hace a medida de las necesidades de cada persona. Por ejemplo, para una jugadora de hockey el desempeño depende en gran parte de las habilidades visuoespaciales que, como es sabido, están más desarrolladas en el cerebro masculino.
Ella deberá ejercitarse mucho en esas capacidades para obtener mejores resultados y deberá entrenar en el gimnasio cerebral los movimientos oculares para enfocar la atención, controlando y orientando los movimientos del cuerpo mediante la vista.
Con el tiempo, el procesamiento de la información será tan rápido que le permitirá anticiparse eficazmente a los movimientos de un rival. Este ejemplo y aunque con prácticas distintas según el caso, el gimnasio cerebral vale para todas las profesiones y actividades: no solo debemos entrenarnos cerebralmente para desempeñarnos mejor en lo que hacemos y en la vida misma.
También debemos hacerlo “a medida” porque el cerebro de todas las personas no funciona de la misma manera.
Fundamentaciones científicas
El entrenamiento cerebral se sustenta en dos fenómenos completamente naturales que pueden ser modificados por las personas: la neuroplasticidad y la neurogénesis.
Estos fenómenos aluden a la dinámica que subyace al funcionamiento del cerebro, esto es: cómo y por qué se va modificando a medida que atraviesa las diferentes etapas de la vida y, fundamentalmente, qué es lo que se puede hacer para rejuvenecerlo, potenciar su desarrollo y retrasar su envejecimiento.
La neuroplasticidad es la extraordinaria capacidad que tiene el sistema nervioso para formar nuevas redes o modificar las existentes como resultado de la interacción de una persona con el entorno. Es la base de la memoria y el aprendizaje e involucra una visión dinámica de los mecanismos cerebrales.
La neurogénesis es el proceso mediante el cual se forman las células que componen el sistema nervioso central (neuronas y células gliales). Cuando este proceso es autodirigido en la edad adulta, el cerebro rejuvenece.
A la inversa de lo que se ha creído durante mucho tiempo, la formación de neuronas nuevas continúa durante toda la vida, sólo que en un grado menor y por eso el gimnasio cerebral puede ayudarnos en distintas etapas.
Esta expansión ha sido observada en el hipocampo (una estructura crucial para el aprendizaje y la memoria), en el bulbo olfatorio y el núcleo caudado.
Algunos especialistas creen que puede producirse en otras zonas del cerebro, como la neocorteza, el estriado, la amígdala y la sustancia negra.
En síntesis, y esto es muy importante: Tanto la Neuroplasticidad como la Neurogénesis se favorecen con un entrenamiento cerebral diseñado y guiado por especialistas en etapas y prácticas claramente definidas.
Esto implica un trabajo sistemático sobre lo cognitivo y lo emocional que contemple desde el principio las características cerebrales las personas, como las ocupaciones, la edad y el estilo de vida. Llegado a este punto, y si has decidido entrenar tu cerebro porque ya tienes claras sus ventajas, te propongo que leas detenidamente la siguiente gráfica, en la que se detalla información corroborada por varios experimentos e investigaciones en neurociencias sobre el impacto de las actividades aeróbicas en la neuroplasticidad y la neurogénesis.
El sistema nervioso sigue generando nuevas neuronas y células gliales a lo largo de la vida, incluso en edades avanzadas, y este proceso puede ser incentivado de manera muy simple, como correr, caminar o bailar, además de una nutrición adecuada y un correcto equilibrio entre las horas de sueño y vigilia (la privación del sueño inhibe la neurogénesis).
A la inversa, un estilo de vida “pasivo”, sin actividad física, sin retos, sin exigencias, sin nuevos aprendizajes, es el peor enemigo que un cerebro puede tener. Por un lado, evita la generación de redes neuronales. Por el otro, favorece procesos de podas sinápticas: cuando una red no es utilizada, el sistema nervioso la elimina en forma natural.